ANGORA "PONCIA" (Richard Sarmiento)




8 comentarios:

Poncia Dolores dijo...

La que nunca se equivoca, la mas sabionda, la perfecta…Un día de estos me hartaré de todo esto, Bernarda, y ese día con este mismo cuchillo, te abriré el pecho, te sacare el corazón y preparare una deliciosa sopa de Alacrán…

ADELA ISABEL dijo...

ES mejor que te dediques a tus actividades, soy mas lista que tu,solo soy de pepe el es el unico que manda en mi,y si me tengo que enfrentar a la furia de mi madre lo hare dichosa,solo por caer en los brazos de mi amado pepe.

Poncia Dolores dijo...

La vida da palos y debes aceptarla, oh pulidor de estrellas sin ningún viento hazme caso, gira corazón, gira corazón. Soy una rana vieja y enferma, pero tengo la sabiduría del tiempo. Hazme caso Adela o desataras una tormenta.

Angora dijo...

Leonardo Guerra nace en Bogotá, quinto hijo de una pareja de inmigrantes provenientes del Huila. El padre los abandona cuando apenas tenia dos meses de nacido y por esta razón la madre tiene que hacerse cargo de sus cuatro hijas y del recién nacido trabajando en una fabrica de ropa, en donde es explotada laboralmente. Los hijos quedan a cargo de la hermana mayor, quien asume el rol de madre. Leonardo es el consentido de las hermanas y a la edad de siete años comienza una serie de juegos que incluían besos y caricias con un niño mayor que era hijo de la dueña del inquilinato en donde vivían, en ocasiones los niños se colocaban la ropa de las hermanas y jugaban a los novios, hasta que un día fueron descubiertos. Al poco tiempo cambiaron de barrio y nunca se volvieron a ver.Desde entonces Leonardo sentía placer usando prendas femeninas, cuando estaba solo se vestía de mujer, se maquillaba y jugaba a hacer mímica de cantantes famosas. En su adolescencia fue muy tímido y solitario ya que algunas veces lo molestaban por su evidente amaneramiento, para defenderse se volvió un poco agresivo y tosco. A los 15 años dejo el colegio y descubrió que en la zona rosa algunos adolescentes vendían su cuerpo a otros hombres que andaban en carro, por lo tanto decidió hacer lo mismo hasta que conoció un grupo de jóvenes que se travestía en las noches y buscaban clientes en la calle 93. Decide abandonar su casa e irse a vivir con un par de travestis, desde ese momento pasaba todas las noches vestido de mujer, buscando clientes y sintiendo el rechazo de la sociedad.

Dimensión física. dijo...

La vida me ha tratado duro y aunque trato de arreglarme y moverme para verme atractiva como cuando era joven, el cuerpo no miente y el tiempo no perdona. Las caderas las tengo jodidas desde aquella pelea que tuve con Rubby, trato de sacar rabo y tetas pero entonces se me sale la barriga, el brazo derecho lo llevo estirado en diagonal hacia atrás como me enseñaron en mi época de reina, el otro normalmente va semidoblado con mi monedero. Yo no se cuando cogí la maña de estirar el pico, de pronto fueron los rezagos del trabajo, dicen que siempre ando haciendo mala jeta, los ojos siempre los llevo bien abiertos, ya sabrán por que, y no falta el que me dice que camino como borracha. Con los años la voz se me ha vuelto un poco nasal y masculina

Dimensión social dijo...

Desde niño sentí el rechazo de la sociedad y ahora que estoy vieja soy yo quien la rechaza. La vida me ha enseñado a no dejarme de nadie y a defenderme sola, pero también soy perra fiel a quien me da de comer aunque tenga que ser la mas de las hipócritas para cuidar mi trabajo. Por las buenas soy buena y no quisiera que a estas niñas les pase lo que a mi, por eso las ayudo y aconsejo, claro si me conviene. A los clientes me gusta tratarlos bien y divertirlos, talvez esperando lo que espere toda la vida, que alguno me saque de este hueco. Pero ha6y un punto invisible en que esa ilusión se convierte en resignación.

Dimensión Psicológica. dijo...

Alguien solía decir “Enséñame a un homosexual feliz y yo te enseñare a un cadáver muerto de risa” Es verdad, mas ahora que me estoy poniendo vieja. Tengo envidia de estas niñas jóvenes que aun pueden decidir que hacer con su vida. Odio a Rubby por que es una castradora de sueños, por que me frustro hasta el punto de anularme como persona, y me odio a mi misma por haberlo permitido. Después de mi gran amor, los hombres para mi solo fueron sinónimo de dinero. Bueno, pero también debo agradecer por que si no fuera por este trabajo, talvez estaría en la calle pidiendo limosna por que mi cuerpo ya no es negociable. “Estoy llena de sombras de noches y deseos, de risas y de alguna maldición”.

Angora dijo...

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” Pero que pasa cuando ese camino te envuelve y te anula los sentidos, no hay mas remedio que volver la mirada hacia atrás y vivir de los recuerdo recogiendo pedazos de vida. Para luego volver al mismo cuarto, en donde esta la misma mesita con el mismo reloj de cuerda, con la misma cama vacía, el mismo bastón cual falo castigador y mi sexo sin memoria como si tuviera la marca del triangulo con que fuimos señalados y castigados por los nazis. Y atrás, muy atrás quedaron la corona y el cetro de mercurio con su luna creciente que alguna vez me hicieron sentir en el Olimpo, cual hija de los dioses Hermes y Afrodita. Entonces solo quedan las mascaras, sonreír y seguir el camino aunque ya este muerta. Por que el fin de la vida no es la muerte, el fin de la vida es el fin de los sueños.